06/07/2012

Paseo Ahumada


Antigua calle Lázaro de Aránguiz

En 1552 se construyó una de las primeras casas de Santiago, cuando Rodrigo de Araya, alcalde de Santiago, obtuvo el primer solar de este sector. Pese a este hito, la calle no fue conocida por su nombre, sino que por el de otro vecino, el escribano Lázaro de Aránguiz.

No fue hasta la llegada de los Ahumada que se le dio este nombre. La casa de esta familia fue una de las pocas que se salvó del terremoto de 1647, que destruyó la ciudad de Santiago. Dada estas circunstancias, los vecinos del sector quisieron trasladar la ciudad a Talagante o Quillota, pero gracias a la influencia de los Ahumada, la ciudad se quedó donde estaba, y comenzó a hablarse de la “Calle de Ahumada”.

Ésta fue una de las primeras calles en tener servicio de serenos y también uno de los primeros locales autorizados para funcionar como billar, café y casa de diversiones públicas.

En la segunda mitad del siglo XIX, el intendente Francisco de La Lastra quiso borrar todo vestigio hispánico en el nombre de las calles, bautizando como Ayacucho a las calles Ahumada y Puente. Sin embargo, el decreto fue poco considerado por los ciudadanos.

Al avanzar el tiempo, la calle se consolidó como centro de comercio elegante. Lucía grandes escaparates, las librerías guardaban las últimas obras del viejo mundo. En algunas mansiones o al interior de los pasajes se encontraban locales con estantes de buena madera, lámparas importadas y cristales finos.

Después de los años 20 y 30 del siglo pasado, se derribaron las tradicionales mansiones, que fueron reemplazadas por torres de oficina, con locales en la planta baja, manteniendo así el carácter comercial del sector.

En 1977, fue transformada en paseo peatonal y remodelado en 1999.


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