No en vano Santiago del Nuevo Extremo era una ciudad fundada por españoles. No podía permanecer como una una simple ciudad de hecho. Necesitaba honores, títulos, blasones, en armonía con su importancia y con el rango de Gobernador que el Cabildo había dado a don Pedro de Valdivia y confirmado ya por el Virrey.
El 25 de octubre de 1550, el Cabildo de Santiago comisionó a Alonso de Aguilera para que obtuviera en España los honores anhelados. Dos cosas debía pedir especialmente: que se diera a Santiago titulo de ciudad y que se le otorgara escudo de armas.
Tuvo éxito Aguilera en sus gestiones. El 12 de febrero de 1552 se concedió el título de ciudad, agregándose en la resolución que “adelante se tendrá memoria de la honra”.
El escudo de armas fue concedido por el Emperador Carlos V el 5 de abril del mismo año 1552, por medio de la siguiente cédula: “Por cuanto Alonso de Aguilera, Procurador General de las provincias de Chile, en nombre de la ciudad de Santiago, que es en las dichas provincias nos ha hecho relación que los vecinos y moradores de dicha ciudad nos han servido mucho en la conquista y pacificación de aquella tierra donde pasaron muchos trabajos en ella y en poblar la dicha ciudad y en sustentarla; Que los pobladores de ella son gente honrada y leales vasallos nuestros; y nos suplicó que en dicho nombre, que acatando lo susodicho mandásemos señales por armas a la dicha ciudad, según como las tenían las otras ciudades y villas de las nuestra Indias o como nuestra merced fuese; Y Nos, acatando los susodicho, tuvímoslo por bien, y por la presente hacemos merced, queremos y mandamos que agora y de aquí adelante la dicha ciudad de Santiago haya y tenga por sus armas conocidas un escudo que haya en él un león de su color, con su espada desnuda en la mano en campo de plata y por orla 8 veneras de oro en campo azul, según que aquí va pintado y figurado, en un escudo a tal como este; Las cuales dichas armas damos a la dicha ciudad con sus armas e divisas”.
Tal escudo fue usado por la ciudad por muchos años. Pero termino por olvidarse; y siglo es después, alrededor de 1863, sé adopto arbitrariamente un nuevo escudo, sin significación heráldica alguna, en la cual se veía un grupo de montañas como todo fondo y una franja con la leyenda “Mapocho”. En 1913 se volvió al escudo original, que es usado hasta hoy.