Hoy iniciamos con fe y esperanza una nueva etapa para Santiago. Estoy convencido que Dios ha permitido que en este nuevo periodo 2024-2028 tenga el privilegio y el honor de poder representarlos para hacer de esta comuna el lugar seguro y amable que merecemos.
Santiago es una comuna linda, donde nuestros recuerdos se entrecruzan en cada calle con la historia viva del país. Me llena de alegría iniciar juntos este camino y les agradezco profundamente la confianza depositada en el equipo que hoy asume el gran compromiso de representarlos.
Es una responsabilidad grande, pero la asumimos llenos de esperanza. Ustedes saben bien lo mucho que hay por hacer. Me lo dijeron tantas veces mientras recorría una y otra vez los 27 barrios de la comuna, en los que generosamente me abrieron sus puertas, me recibieron en las juntas de vecinos, clubes de adultos mayores, templos e iglesias, encontrándome con docentes, asociaciones gremiales y muchísimos jóvenes.
Son sus sueños e inquietudes los que han dado vida a este proyecto, y me preocuparé de que siga siendo así. Ahora nos toca a nosotros abrirles las puertas de la municipalidad, las que estarán siempre disponibles para escucharlos y trabajar juntos en este desafío.
Tenemos por delante la misión de recuperar Santiago, que es mucho más que un lugar, mucho más que una comuna; es una forma de vida y de convivencia, diversa y amable, como lo son cada uno de sus barrios. La tarea es hacer sostenible esa vida de barrio. Se trata de preservar esos valores cotidianos que nos unen, como la confianza, el respeto y la solidaridad. Valores que se reflejan en pequeños actos: que te saluden al pasar, que tus vecinos cuiden tu casa, que puedas ir caminando a comprar o confiar en que alguien te ayudará cuando lo necesites.
De esto depende la calidad de la democracia, de la permanencia de comunidades vivas e integradas, y es justamente esto lo que hoy está amenazado por el crimen organizado, el narcotráfico, la violencia y las incivilidades. Por eso es necesario dar un golpe de timón. No se trata de izquierdas o derechas, sino de recuperar un mínimo sentido de la autoridad, del orden y de sana convivencia; aplicando la ley como corresponde; recuperando los espacios públicos con iluminación de calidad, limpieza y aseo; devolviendo la excelencia académica a los liceos con tolerancia cero a la violencia.
La tarea no es fácil, pero si trabajamos unidos, Santiago puede y debe cambiar, y ese cambio comienza hoy.
Mario Desbordes J.
Alcalde de Santiago