03/11/2014

Alcaldesa Tohá nombra como Hijo Ilustre de la comuna a Alfredo Egaña, secretario municipal en retiro


Tras 33 años como funcionario municipal, 28 de ellos en el cargo de Secretario Municipal, y otros cinco en el Área Social, Alfredo Egaña Respaldiza, acompañó como ministro de fe a ocho alcaldes diferentes: Carlos Bombal, Gustavo Alessandri, Máximo Honorato, Jaime Ravinet, Joaquín Lavín, Raúl Alcaino, Pablo Zalaquet y Carolina Tohá. 

Al homenaje asistieron cuatro de los cinco ediles que ha tenido la comuna de Santiago desde 1990.


Una emotiva ceremonia para designar como Hijo Ilustre, al que fuera por muchos Secretario Municipal, recibió el jueves 30 de octubre, don Alfredo Egaña. El Salón de Honor del Municipio de Santiago, se colmó de funcionarios que quisieron asistir y acompañarlo, así como de autoridades, entre las que destacaban los ex alcaldes de la comuna, Jaime Ravinet, Raúl Alcaino y Pablo Zalaquet .

“Despedir a don Alfredo Egaña, es despedir a una persona que representa en sí misma un pedazo importante de la historia de nuestra municipalidad. Al hablar de lo que ha significado para esta institución, es hacer una semblanza de las últimas 3 décadas de la biografía de nuestro municipio y de la propia comuna de Santiago. Así de estrecho es el vínculo de lo que él simboliza para todos nosotros. Pocas personas tienen la suerte de desempeñarse gran parte de su  vida en un lugar y ser tan unánimemente queridas, como lo es nuestro homenajeado”, señaló la Alcaldesa Carolina Tohá, durante el discurso en la ceremonia.

Muchas gracias a usted, señora alcaldesa, por esta grandiosa distinción, que se suma a sus ilimitadas muestras de confianza y su permanente deferencia hacia mi persona, lo que me honra. Gracias a los integrantes del Concejo y a la municipalidad, por esta significativa investidura que me galardona y que me orgullece. Pues se trata de Santiago, el lugar fundacional al que quiero entrañablemente. Estoy conmovido por toda la consideración y aprecio lo que me han manifestado”, expresó en su conmovido el nuevo Hijo Ilustre de la comuna, Alfredo Egaña.

Un poco de Biografía

Alfredo Egaña Respaldiza, nació en Santiago el 9 de agosto de 1948. Tras vivir siempre en la comuna y por razones laborales, se trasladó a Viña del Mar y Chuquicamata. Regresó a Santiago en 1981, integrándose como funcionario de la Ilustre Municipalidad de Santiago. Su padre, don Jaime Egaña Baraona, fue Regidor durante tres períodos y luego diputado por el distrito de Santiago, por dos períodos más.

Estudió en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, pero luego se inclinó por la construcción Civil en la Universidad Técnica Federico Santa María de Valparaíso. Participó desde su juventud como voluntario de la 5° compañía de Bomberos, en la que ha servido en la casi totalidad de los cargos de oficial. Se desempeña durante largos años como Secretario General del Cuerpo de Bomberos de Santiago, y actualmente integra el directorio de la institución, asistiendo regularmente al Cuartel General.

Alfredo Egaña Respaldiza, trabajó también en el comercio, agricultura, en la docencia, en el negocio naviero, en la actividad hípica, en la construcción y en la minería. Pero desarrolló la mayoría de su carrera en el municipio capital.


 Discurso Alcaldesa Carolina Tohá para Alfredo Egaña

ALFREDO EGAÑA, HIJO ILUSTRE DE SANTIAGO

 En estos 23 meses como Alcaldesa de Santiago he hecho muchos discursos; algunos en el marco de celebraciones, otros para la conmemoración de algunas fecha, y varios más con motivo de inauguraciones y anuncios, pero ninguno en el que me tocara despedir a una persona que representa en sí misma un pedazo tan  importante de la historia de esta municipalidad, como lo es Alfredo Egaña.

Hablar de lo que Alfredo ha significado para esta institución es hacer una semblanza de las últimas tres décadas de la biografía de nuestro municipio y de la propia Comuna de Santiago. Así de estrecho es el vínculo de lo que él simboliza para todos nosotros. Por lo tanto, asumir hoy que no veremos más  su imponente figura presidiendo esta testera o caminando por los pasillos de este edificio que tan bien conoce, no es una empresa sencilla. Porque Alfredo Egaña nos va a faltar y nos va a costar mucho acostumbrarnos a su ausencia

Pocas personas tienen la suerte de desempeñarse gran parte de su vida en un lugar y ser tan unánimemente queridas como nuestro homenajeado. Quienes han tenido la oportunidad de trabajar cerca suyo coinciden no sólo en destacar su enorme calidad humana, sino también su capacidad permanente para conjugar la seriedad y el rigor necesario a la hora de  trabajar, junto con una disposición infinita por enseñar y ayudar con paciencia y cariño.  No por nada se habla de “la escuela Egaña”, una que no  requirió de aulas ni pizarrones  porque  se  fue forjando en años de cotidianeidad y de cercanía.

Santiaguino de tomo y lomo, por nacimiento y vocación, se integró a la municipalidad en 1981, luego de ser nombrado como Director del Área Social. Desde ese cargo le correspondió desarrollar, entre otras tareas, un programa habitacional que entregó viviendas a 2.800 familias y enfrentar el terremoto de 1985, una  dramática situación en la que tuvo a cargo organizar la atención de albergues municipales  para más de 5.000 damnificados.

En 1986 asumió como Secretario Municipal, cargo que ha desempeñado en estos últimos 28 años acompañando como Ministro de Fe de Santiago a ocho alcaldes diferentes: Carlos Bombal, Gustavo Alessandri, Máximo Honorato, Jaime Ravinet, Joaquín Lavín, Raúl Alcaíno, Pablo Zalaquet y esta alcaldesa. Alcaldes designados y electos, por elección indirecta y luego, directa, ediles de signos políticos muy diferentes, bajo gobierno de las más diversas tendencias, atravesando desde los años de la dictadura, pasando por la transición, hasta nuestra actual democracia.  

Hombre grande y de vozarrón imponente, con una impronta de quien genuinamente va de caballero por la vida sin alardes ni estridencias. Sobrio y serio cuando las circunstancias lo han requerido, pero también dueño de un humor amable y generoso. “Ojo, ceja, pestaña se lo recomienda Egaña”, es una de sus frases típicas, tan conocida como su  excesiva meticulosidad con el lugar exacto que deben ocupar los clips y corchetes en los documentos municipales.

Bombero por los cuatro costados, desde muy joven participó como voluntario de la 5ª Compañía de calle Nataniel, llegando a ser secretario General del Cuerpo de Bomberos de Santiago y actualmente miembro del Directorio de la Institución. “¿Estamos todos armados de grifo?”, suele preguntar a la hora de hacer un brindis, en una indiscutible asociación con este otro rol de servicio en el que también se ha desempeñado con pasión toda la vida.

En Alfredo Egaña se sintetiza lo mejor de muchas tradiciones municipalistas de nuestra comuna: una gran lealtad, un profesionalismo a toda prueba y una vocación por Santiago que va más allá de las fronteras de su trabajo y que es patrimonio de quienes tienen convicciones firmes respecto al servicio público.

Por todo ello es que esta Municipalidad, en el ejercicio de sus potestades, ha decidido conferirle nuestro mayor reconocimiento a Alfrego Egaña Respaldiza, declarándolo Hijo Ilustre de Santiago, y otorgándole la Condecoración Municipal Santiago de la  Nueva Extremadura.

Tantas veces, Don Alfredo, le ha tocado a usted ser Ministro de Fe en la entrega de este reconocimiento a altos mandatarios, figuras de la cultura y la academia, líderes de diversas partes del mundo. Hoy es usted el homenajeado. Es una distinción pero, más que nada, es un gesto de gratitud y cariño de quienes hemos sido sus compañeros de trabajo y de esa Comunidad de Santiago que ud. ha servido con tanto, tanto celo y compromiso.

La historia del Santiago de estos últimos 30 años llevará su marca por siempre. Su firma inscrita en miles y miles de documentos oficiales, actas, certificados, decretos y ordenanzas no es más que una señal del trabajo de horas, días, años y décadas que ud le ha entregado a Santiago y a su gente.

Como Alcaldesa de esta comuna te doy las gracias, Alfredo, porque trabajar contigo ha sido un verdadero honor y una alegría. Te agradezco por este año en que pospusiste tu partida y nos acompañaste. Te vamos a extrañar mucho, sin embargo, sé que las personas como tú no nos dejan nunca. Queda para siempre el rastro de tus años en el mapa de este edificio noble, así como en el corazón de todos los que hemos tenido la fortuna de trabajar contigo a lo largo tres décadas de historia.

No debisteis jurar ni prometer desempeñar fielmente el cargo que os fue conferido pero habéis cumplido vuestro mandato con dedicación encomiable consultando los verdaderos interesas de la ciudad, según el dictamen de vuestra conciencia. La patria y Santiago os lo agradecen y nos demandan manifestaros gratitud eterna por vuestros servicios.

 

 

 

 

 

 

 


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