14/01/2016

Alcaldesa y autoridades anunciaron financiamiento para reparación de Basí­lica del Salvador


Después de 31 años, el Estado chileno se hace por primera vez cargo de la recuperación de la emblemática Basílica del Salvador, ubicada en la esquina de Huérfanos con Almirante Barroso. 


A partir del terremoto de marzo de 1985 y después de los recurrentes movimientos sísmicos que ha enfrentado Santiago, uno de nuestros hitos patrimoniales que se ha visto más afectado es la Basílica del Salvador. Durante esta mañana, se reunieron en el lugar el Arzobispo de la ciudad, Monseñor Ricardo Ezzati, la Alcaldesa de Santiago Carolina Tohá, el Ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga y el Intendente de la capital, Claudio Orrego para firmar un protocolo de acuerdo que cimenta las bases de un primer compromiso por parte del Estado chileno junto a la Fundación Basílica del Salvador, el cual pretende inyectar un monto cercano a los 2 mil millones de pesos para la estabilización estructural de la Basílica.

Esta estabilización es el paso inicial para un futuro y muy pronto trabajo de restauración total del templo. Este trabajo de estabilización de la estructura llevará un periodo de 15 meses y es una obra esencial que va a permitir sostener la Basílica para que no se siga deteriorando y así continuar luego el esperado trabajo de reconstrucción y restauración.

La alcaldesa Tohá durante su intervención, expresó: «Este es motivo de celebración para la ciudad. Es un trabajo que viene a consolidar el énfasis que hemos puesto en la conservación y defensa del patrimonio. Damos las gracias a las autoridades del gobierno central por el compromiso y por otorgar este financiamiento que permitirá que después de muchos años esta Basílica sea usada y disfrutada por toda la comunidad”.

Los montos asignados corren por cuenta del Ministerio de Obras Públicas, el gobierno regional y la Subsecretaría de Desarrollo Regional. Se estima que los beneficiados serán unas 4 millones de personas que visitarán la Basílica anualmente, además de toda la comunidad y representa una puesta en valor de la ciudad y su patrimonio.

El proyecto contempla como medidas de seguridad la ejecución de una estructura interior metálica que sirva de andamiaje de seguridad para la estabilización de sus muros y columnas, y a la vez como plataforma horizontal en altura para los posteriores estudios y trabajos en pos de la restauración definitiva. Además del terremoto de 1985, la Basílica del Salvador tiene problemas estructurales graves luego del terremoto de febrero de 2010, que la dejó en inminente riesgo de colapso.