En total 51 jóvenes recibieron, este viernes 7 de mayo, su certificación de ayudantes de cocina y sala, gracias a una iniciativa impulsada por la Asociación Chilena de Gastronomía (ACHIGA), Coca-Cola y la Municipalidad de Santiago a través de Santiago Joven.
La ceremonia se realizó en el hall central del Palacio Consistorial y fue encabezada por la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, quien estuvo acompañada del concejal Santiago Mekis, la gerente de Comunicaciones y Sustentabilidad de Coca-Cola Chile, Fernanda Ramos; el presidente de ACHIGA, Máximo Picallo; la representante de la Fundación Gastronómica Social, Camila Moreno y la encargada de Santiago Joven, Karlla Fuentes, entre otras autoridades.
“Estamos tremendamente felices y orgullosos de esta alianza, porque no solo estamos acompañando a los jóvenes que necesitan empleabilidad inmediata, sino también a un rubro que fue muy afectado por la pandemia”, dijo Fernanda Ramos, gerente de Comunicaciones y Sustentabilidad de Coca-Cola Chile.
La alcaldesa Hassler felicitó a las y los estudiantes por el aprendizaje que han tenido.
“Es un honor como municipio hoy certificar a quienes completaron en forma exitosa un proceso de formación como ayudantes de cocina y de servicios. Quiero extender a cada una y uno de ustedes mis felicitaciones como municipio de Santiago por aportar a la sociedad y poder crecer en la autonomía económica”, señaló.
Por su parte, Máximo Picallo, presidente de ACHIGA, explicó que, “si bien esta idea nace antes de la crisis de la pandemia, el difícil momento que enfrentó la industria gastronómica sirvió para usar las cocinas de los restaurantes y formar a los jóvenes, en un sector que emplea a migrantes, a estudiantes universitarios y a muchas mujeres. Por eso valoramos estas iniciativas que ayudan a formar a jóvenes en este mundo que es apasionante”.
El programa Boot Camps y sus cursos de formación en Cocina y Servicio para jóvenes, consistieron en 90 horas de capacitación, 30 en asistencia de cocina, 30 en asistencia de sala y 30 horas de prácticas, donde los restaurantes fueron las salas de clases para más de 60 jóvenes de la Región Metropolitana.