La alcaldesa de Santiago, Irací Hassler Jacob, junto a las autoridades de la Dirección de Educación recibieron de las y los estudiantes y de funcionarios el documento “Protocolo escolar de actuación ante la violencia sexual y de género”, el cual contiene orientaciones para que cada comunidad escolar realice, a partir de esta hoja de ruta, su normativa para enfrentar las situaciones de violencia sexogenérica en las escuelas y liceos de la comuna.
La entrega del texto final se realizó en una íntima ceremonia en la Estación Mapocho, momento en el cual la edil agradeció a quienes crearon estos lineamientos y afirmó que “este documento habla de lo que creemos y lo que queremos de nuestra educación pública; habla de principios y de convicciones profundas que tienen como objetivo central el desarrollo de estrategias y acciones para prevenir activa y sistemáticamente las conductas de violencia y de acompañar a las personas afectadas”.
Este trabajo es la consolidación de un proceso de diálogo reflexivo que se realizó en 5 sesiones de mesas de trabajo, donde las y los estudiantes juntos a profesores, asistentes de la educación y funcionarios de la Dirección de Educación abordaron los tipos de violencias sexuales, el debido proceso desde la convivencia escolar, entre otros temas. Esteban Urzúa, estudiante del INBA, manifestó que “esto es fundamental para Santiago y Chile, somos vanguardistas en este tema. Ahora debemos socializarlos en las comunidades para que no los guardemos”.
Para Benjamín Rosales, estudiante del Instituto Nacional y miembro de las mesas de trabajo, comentó que fue un “proceso donde se ha aprendido bastante, donde se generaron los espacios para conversar con otros estudiantes y funcionarios de otros liceos, donde todos llegamos a una opinión colectiva. Creo que esto se debió hacer mucho antes”.
En este sentido, Hassler enfatizó que la institucionalidad debe estar a la altura de las demandas de las y los estudiantes, quienes “han levantado con fuerza, de la mano del feminismo y las disidencias sexogenéricas para plasmarse desde las propias comunidades educativas”.
El documento nace como respuesta de la Dirección de Educación y Municipalidad a las demandas del estudiantado, quienes durante el 8M marcharon para denunciar las situaciones de abuso y violencia sexual que históricamente habían denunciado, como por ejemplo, las tomas feministas que se realizó el Liceo 1 desde el 2018.