La alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá junto al Ministro Secretario General de Gobierno, Álvaro Elizalde, presentaron a la comunidad los 34 nuevos vehículos de última tecnología que estarán en las calles retirando desechos.
La adquisición es el primer paso de la nueva política de aseo comunal que incluye un aumento de presupuesto en esa materia en un 15%. En los próximos meses se licitarán cerca de 3 mil contenedores de basura y 2.500 nuevos papeleros para la vía pública.
La alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá y el Ministro Secretario General de Gobierno, Álvaro Elizalde, participaron en el lanzamiento de la nueva flota de camiones recolectores de la comuna de Santiago. La adquisición de los 34 modernos vehículos significó una inversión de $2.000 millones de pesos y marca el inicio de una nueva política de aseo que busca reformular las estrategias de planificación y elevar el estándar de calidad del servicio con el fin de mejorar la calidad de vida de los vecinos y usuarios.
El nuevo equipamiento cumple con exigentes normas de emisiones contaminantes y ruido actualmente vigentes en Estados Unidos y Europa, incluso superiores a las que recién comenzarán a operar en Chile próximamente, lo que transforma a la flota en una de las más eficientes y respetuosas con el medioambiente que se encuentran en operación en el país.
“Tenemos la aspiración de tener una ciudad más limpia, más cuidada y que tenga un respeto mayor por el medio ambiente. Nos hemos puesto como prioridad la tarea de dar a la comunidad un servicio de mejor calidad. Por eso hemos hecho esta inversión que es parte de un aumento muy significativo de recursos en una política que no implica sólo el retiro de basura, si no que busca desarrollar una gestión integral, más sustentable, que incluye reciclaje, renovación de papeleros y la instalación de contenedores para la vía pública, entre otros proyectos”, aseguró la alcaldesa Tohá.
El Secretario General de Gobierno, Álvaro Elizalde, destacó la nueva flota como un paso para mejorar la calidad de vida de los capitalinos. “Si la iniciativa que hoy vemos acá fuera reproducida por todos los municipios, tendríamos otros estándares ambientales en la Región Metropolitana”, indicó.
En la actividad participaron concejales, ejecutivos de la empresa Kaufmann y, además, una veintena de personas se comprometieron con el cuidado de la comuna en representación de diversos grupos sociales, de entidades públicas y privadas.
Luego del lanzamiento, las nuevas unidades se dirigieron a recorrer la comuna en caravana y, en tres plazas – Panamá, Manuel Rodríguez y Huemul-, fueron recibidos por los vecinos con una gran fiesta familiar que incluyó actividades deportivas, culturales, operativos de control de salud y de revisión de mascotas, los que se desarrollaron durante toda la mañana con una importante participación de residentes. Esto, con el fin de que todos pudieran conocer las características de las nuevas máquinas y así familiarizarse con ellas.
Con el fin de complementar la flota, que reemplaza completamente a la que funciona desde 2007, se realizó la compra de 7 camiones tolvas, 3 aljibes y 12 planos, a lo que se sumará una decena de camionetas para complementar en labores de retiros de enseres, lavado de espacios públicos y áreas verdes. La compra significó un costo adicional de $1.500 millones y esos vehículos comenzarán sus funciones en las próximas semanas, por lo que entre ambas inversiones suman $3.500 millones.
En el marco de la nueva política de aseo, que significó un aumento de un 15% del presupuesto en ese ítem, el próximo mes comenzará un plan piloto de recolección separado de residuos para reciclaje en dos barrios y en el segundo trimestre llegarán cerca de 3.000 contenedores para que los vecinos puedan depositar sus desechos y no dejarlos en la calle mientras esperan que pase el camión recolector. Para el segundo semestre, en tanto, se realizará una instalación masiva de papeleros en la vía pública.
La comuna de Santiago retira cada año 165 mil toneladas de basura, lo que equivale a llenar 140 veces el Estadio Nacional o inundar una piscina olímpica más de 900 veces.