La alcaldesa Carolina Tohá; el Ministro, José Antonio Gómez y el Director Nacional de Gendarmería, Juan Letelier, participaron de la ceremonia que se realizó en el Gimnasio de Módulos del Centro de Detención Preventiva. Santiago Sur.
En el liceo “Herbert Vargas Wallis”, ubicado al interior de la ex Penitenciaría de Santiago, se inauguró esta mañana el año escolar de los establecimientos educacionales ubicados en recintos de Gendarmería a nivel nacional. En ese lugar, dependiente de la Dirección de Educación del Municipio de Santiago, son más de 900 los alumnos matriculados, todos ellos internos que han cometido diversos ilícitos y que hoy buscan una alternativa de reinserción social.
La ceremonia se llevó a cabo con la presencia de la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá; el Ministro de Justicia, José Antonio Gómez y el Director Nacional de Gendarmería, Juan Letelier Araneda, entre otras autoridades.
En ese liceo existen 28 cursos de primero básico a cuarto medio y ha ampliado la matrícula en los últimos años en un esfuerzo por aumentar las posibilidades para los reclusos que, gracias a su buena conducta, obtienen el beneficio.
La edil expresó que, “los estudiantes privados de libertad, siguen teniendo derecho a la educación, pero además esa educación es la oportunidad para reinsertarse en la sociedad, de iniciar un nuevo ciclo y de incorporarse posteriormente mucho más fortalecidos y mucho más seguros”.
Durante la actividad, además, las autoridades recorrieron las salas de clases, la biblioteca del establecimiento y conversaron con algunos de los estudiantes que comenzaron sus actividades académicas.
El Ministro Gómez aseguró que “tenemos una especial preocupación, porque en los recintos penales exista seguridad, que se cumpla la pena por la que han sido condenados, pero es importante también que aquellos que han cometido errores puedan reinsertarse en la sociedad y para ello, una de las cosas más importantes es integrarlos al sistema educativo”.
En tanto, el Director Nacional de Gendarmería, Juan Letelier destacó que “la educación debe ser de calidad para todos, independiente del nivel económico, y debe ser accesible a todos quienes la requieran, incluyendo a la personas que se encuentran privadas de libertad, ya que la educación es un derecho consagrado”.
En Chile alrededor de 16 mil internos acceden cada año a la educación básica media y superior.